La llegada de un bebé al mundo es un evento lleno de magia y significado. Dentro de este momento tan especial, la primera hora de vida, conocida como la «Hora de Oro», desempeña un papel crucial tanto para el bebé como para los padres. Este periodo, caracterizado por el contacto piel a piel inmediato e ininterrumpido y el inicio temprano de la lactancia materna, está respaldado por una sólida base neurobiológica que subraya su importancia para la salud física y emocional del recién nacido y su familia.
El poder del contacto piel a piel
Desde el momento del nacimiento, el contacto piel a piel entre el bebé y su madre activa una serie de reflejos neurobiológicos en ambos. En el bebé, este contacto estimula el sistema nervioso parasimpático, promoviendo la regulación de la temperatura, la frecuencia cardíaca y la respiración. Además, fomenta la liberación de oxitocina, conocida como la «hormona del amor», que refuerza el vínculo afectivo y genera sensación de calma y seguridad.
Para la madre, el contacto piel a piel también activa la producción de oxitocina, facilitando la eyección de la leche materna y promoviendo contracciones uterinas que ayudan a reducir el sangrado postparto. Este momento es una oportunidad única para que madre e hijo se reconozcan mutuamente y comiencen a construir su conexión física y emocional.
Reflejos neurobiológicos y lactancia
Los bebés nacen con reflejos innatos que facilitan el inicio de la lactancia materna durante la Hora de Oro. El reflejo de búsqueda, por ejemplo, les permite girar la cabeza hacia el pezón y comenzar a succionar. Este proceso no solo asegura una fuente temprana de nutrición, sino que también estimula la producción de leche en la madre, estableciendo las bases para una lactancia exclusiva exitosa a corto, mediano y largo plazo.
Además, el calostro, conocido como «oro líquido» por su riqueza en anticuerpos y nutrientes, fortalece el sistema inmunológico del bebé y lo protege contra infecciones. Este primer alimento es un regalo invaluable que solo puede darse en estas primeras horas si se facilita el contacto piel a piel y el inicio temprano de la lactancia.
La Hora de Oro como punto de partida para la conexión
Más allá de los beneficios físicos, la Hora de Oro es el primer paso para establecer un apego seguro entre el bebé y sus padres. Este contacto inicial ayuda a los padres a reconocer las señales de su recién nacido, creando un entorno de confianza y comunicación desde el inicio. Para el bebé, sentirse protegido y amado en los brazos de sus padres es fundamental para su desarrollo emocional y psicológico.
Claves para una Hora de Oro exitosa
- Contacto piel a piel inmediato e ininterrumpido: Coloca al bebé desnudo sobre el pecho de la madre inmediatamente después del nacimiento, cubriéndolos con una manta para mantener el calor.
- Evita interrupciones innecesarias: A menos que sea absolutamente necesario por razones médicas, las intervenciones como pesar o bañar al bebé pueden esperar hasta después de este periodo crítico.
- Apoyo para el inicio de la lactancia: Asegúrate de que la madre reciba acompañamiento y orientación para posicionar al bebé y facilitar un agarre correcto.
- Involucra al padre o acompañante: El contacto piel a piel también puede ser realizado por el padre o acompañante, fortaleciendo su rol en la conexión y cuidado del bebé.
- Crea un ambiente tranquilo: Minimiza los ruidos y distracciones en el entorno para favorecer un momento íntimo y relajado.
En Familia SER, creemos firmemente en el poder transformador de la Hora de Oro. Este momento, aunque fugaz, tiene un impacto duradero en la vida del bebé y su familia. Si deseas aprender más sobre cómo preparar y vivir esta experiencia, te invitamos a explorar nuestros programas y recursos diseñados para acompañarte en este maravilloso viaje hacia la maternidad y la paternidad consciente.
Maria Carmenza Cuenca Arias
Febrero de 2025